Una mañana de diciembre, como ya era normal, mi pareja y yo iniciamos el dia acompañados de nuestras bicicletas a las 7:00 Hs.
Nuestro objetivo, recorrer la Gran via de La Manga, en toda su extension.
Iniciamos nuestra andadura antes del amanecer iluminados con el alumbrado de la calle y una enorme luna llena que a cada momento descendia y se mostraba mas grande y mas cercana.
Comenzamos nuestro recorrido desde monte blanco (km 3,5 ), hacia el final de la manga, en una fria noche que se despedia poco a poco y dejaba que el cielo se iluminara.
Llevabamos un rato solo con la companñia del ruido de nuestros pedales y de nuestra respiración hasta que los primeros coches de tanto en tanto compartíeron la gran via con nosotros.
De pronto, nuestra vista se desvió de la imagen de la luna y observamos que sobre el mediterraneo, como si fuese una gran mancha roja, asomaba el sol iluminando el cielo en su inmensidad, aunque la luna aun se resistia a abandonarnos.
Seguimos nuestro camino y al cabo de pocos minutos volviendo la vista nuevamente hacia nuestra derecha, (coincidiendo con el este), el sol se transformo en una bola de fuego que parecía apoyada sobre las tranquilas aguas del mediterraneo, miramos hacia la izquierda,( hacia el oeste), y de pronto nos encontramos con una enorme bola blanca que se apoyaba sobre las aguas del mar menor y comenzaba a desaparecer como si a causa del sol se estuviese derritiendo. Detuvimos las bicicletas para disfrutar de ese momento único que nos cautivó y con el que , además de sus playas y sus aguas cristalinas , nos obsequio nuevamente este lugar tan especial que es la manga del mar menor , la que sigue llenando nuestra vida de gratos e inolvidables recuerdos.
Nor Ag.

Publicado hace 13 años en Viajes en general > Viajes en General