Hace poco tuve la suerte de visitar Normandía con un amigo que la conoce muy bien. Vimos las ciudades de Honfleur y Étretat, las dos junto al mar.
Honfeur tiene un puerto tranquilo donde se puede tomar una sidra mientras se ven pasar los barcos. Étretat es muy distinta: se la conoce por su playa de rocas y la furiosa marea que arremete contra los acantilados y el arco natural conocido como "El ojo de la aguja".
Menos conocido aún es Jumièges y su abadía, algo derruida por el tiempo pero visitable y con un precioso parque junto a ella.
Y por fin, la Chêne Chappelle, invisible para el turista despistado. Se trata de una capilla construida dentro de uno de los robles más viejos de Francia. En 1696 un abad pidió a Dios que le mostrase su misión en la vida y esa misma noche cayó un rayo sobre el tronco del árbol, pero el árbol no murió. Así que el abad construyó una capilla a la Virgen María dentro del tronco del árbol y todavía hoy sigue creciendo el árbol con la capilla en su interior.

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