Es cierto que antes de viajar lo mejor es armar un itinerario, o por lo menos chequear las opciones del lugar que visitaremos, pero también es una alternativa llegar y ver que hay para hacer.
En este caso, nos sucedió por accidente, teníamos previsto llegar un día después a La Rioja (capital) y nos encontramos a las ocho de la mañana instalados en el hotel con todo un día para improvisar. Genial!

Descansar no era una opción, el colectivo desde Jujuy había sido excesivamente cómodo y reparador, por lo tanto, dejamos las valijas y salimos a caminar. El día no acompañaba demasiado, pero fue una linda mañana de caminar con paraguas y pisar charcos.
Caminamos sin rumbo un rato, después recurrimos a nuestro mapa para encontrar algunos hitos de la ciudad, como las puertas de museos (los lunes no abre casi ninguno) y cuando se nos acabaron las ideas, eran las once de la mañana.
Mientras pensábamos que hacer, volvimos al hotel para cambiarnos y pedir algunas recomendaciones. Así fue, como el conserje nos sugirió consultar el puestito de atención al turista de la plaza (una sugerencia excesivamente coherente). Con muchas expectativas nos dispusimos a charlar con las encargadas de turismo de la municipalidad que amablemente nos recomendaron un tour gratuito que ellos organizan y partía a las cinco de la tarde desde ese mismo punto. Agradecimos la recomendación, nos entusiasmamos con la propuesta y miramos los relojes. Como no podía ser de otra manera, indagamos para conocer alguna opción que nos permita pasar las horas previas, y fue ahí donde logramos una de las respuestas más hilarantes que hemos recibido.

Las amables señoritas de la secretaria de turismo nos miraron, se miraron y nos preguntaron dónde nos estábamos hospedando, les dimos el nombre de nuestro hotel y ahí se les ocurrió la idea; “vuelvan al hotel y miren una película”. Pavada de sorpresa! Después de semanjante respuesta, entramos a un restaurante, con la esperanza de pasar las horas, era el único lugar a la vista como para comer algo. Al vernos, el mozo se nos acerco con prisa y nos dijo que ya cerraban; abrirían para la cena.
Buscamos un kiosco y compramos golosinas para almorzarlas durante nuestra tarde de relax forzado.

Al parecer La Rioja los lunes lluviosos, antes de las cinco de la tarde, es una bella ciudad para volver al hotel y mirar una película almorzando golosinas en la cama (según la mismisima gente de Atención al Turista).

Publicado hace 12 años en Viajando por España > Norte, Galicia, Asturias, Cantabria, País Vasco, Navarra y La Rioja