Mi viaje a Cuba fue todo un éxito, fui buscando el calor, la diversión y el auténico son cubano, y aunque no existe una ruta del son cubano como tal, tampoco se encuentra desamparado aquel que busca la esencia del son, pues el espíritu de este ritmo se respira en cualquier rincón. Por eso, el paseo por las calles de La Habana Vieja es más obligado que recomendable y no sólo por conocer el ambiente natural de la tierra, sino por el interminable abanico de actividades culturales que allí pueden realizarse. El entretenimiento se reparte por museos, teatros, cabarets, restaurantes, cafés y bares.
La Plaza de la Catedral, dicen, es la más bella de una Habana que ha servido como inspiración de escritores y poetas de todos los tiempos. Imprescindible dar un largo paseo por el malecón , llegar al barrio de Bellavista y darse un buen homenaje de la más exquisita gastronomía cubana en el Restaurante Malecón de la Habana. El ritmo de la noche hay que empezarlo en La Bodeguita del Medio en La Habana Vieja, donde te servirán un delicioso y refrescante mojito al son de alguna guitarra para prepararte antes de empezar a vivir la auténtica e impredecible aventura nocturna. A pocos minutos de allí el Restaurante La Floridita cuyos daiquirisi se hicieron famoso gracias a Heminway. La Habana tiene todos los ingredientes para el viajero que quiere fundirse con el gusto por la vida.

Publicado hace 13 años en Caribe > Cuba