Cuatro amigos, dos parejas de mochileo a Kenia, con sólo una guía turística para ayudarnos en nuestra aventura y muchas ganas de disfrutar de cada momento. Acedme caso, nunca os fieis de una guía turística si vais a Kenia. La realidad es totalmente distinta. Empezamos descansando en un "hotel" en Naerobi, concretamente el hotel Breton, pidiendo dos habitaciones y terminando durmiendo los cuatro en la más "acogedora", tapados hasta la cabeza por miedo a ser devorados por los mosquitos y las cucarachas que nos invadían. Estuvimos en varios parques naturales conociendo a sus tribus, bebiendo cerveza calentorra, durmiendo en tiendas de campaña unicamente protegidos de los animales salvajes por una hoguera que se apagó debido al chaparrón que nos cayó encima. Recorrimos 40 kilometros andando para ver unas cataratas maravillosas, pero el paseito para mi fue un suplicio porque llevaba mis super botas trekking recién compradas, ahhhhhhh q dolor!!!!!!!! Nunca volveré a hacer esa locura. El chofer que nos desplazaba a los diferentes parques, nos timó, se quedó con parte del dinero que le dimos para que nos comprara los billetes de tren a Mombasa y encima tuvimos que cruzar corriendo la ciudad de Naerobi en pleno atasco porque perdiamos el tren. Cargados con las mochilas y agotados. La guía decía que se tardaba ocho horas en llegar a Mombasa, pero nosotros tardamos 13 con un calor sofocante en un vagón donde también nuestras amigas las cuquis nos hacían compañía. En Mombasa compramos palomitas y comiendolas perdí un trozo de muela. Es que lo que no me pase a mi..... Y por fin, cuatro días de relax, en una cabaña donde los monos entraban a sus anchas para robarnos la comida, así qie la dueña del complejo Twiwa beach nos prestó un tirachinas para asustarlos Hicimos esnorquel y comimos marisco. Puedo parecer una tikismikis contando este viaje, pero una cosa os digo, volvería a repetir sin dudarlo; porque lo más increible de esta maravilloso lugar son las personas que viven allí, y los valores con los que vuelves a tu ciudad. Cuando ves a niños que no tiene ni un calzado que ponerse y que estudian con su profesor debajo de un arbol sentados en la árida tierra; y que aún así son felices y te regalan la mayor de sus sonrisas.....que importa lo demás. Marisa.

Publicado hace 13 años en Viajando por África > África Central