¿Quién no querría conocer la ciudad natal de una super banda como U2? Nada más aterrizar sientes que la ciudad es una mezcla importante de lo antiguo con lo moderno. Todas las placas de señalización están escritas en inglés y en gaélico, la lengua oficial antes ser conquistada Irlanda por los ingleses. Para no variar, estaba nublado y hacía frío, y en parte es por eso y por la arquitectura de los barrios que la ciudad tiene ese aire tan bohemio. Una de nuestras primeras visitas fue el Castillo de Dublín, para conocer un poco más la historia de la ciudad y del país. También nos acercamos a la Catedral y al Museo de los Escritores (Parnell Square, 18) donde se muestra toda la tradición literaria irlandesa (Oscar Wilde, entre otros). El segundo día de nuestra estancia visitamos la fábrica Guiness. Al final del recorrido nos tomamos una pinta en el bar de la misma, en lo alto, con unas vistas increíbles de la ciudad. Para alojaros os recomiendo el Clarence House Hotel y como típico pub irlandés os sugiero el Oliver St. John Gogarty.

Publicado hace 12 años en Viajar por Europa > Reino Unido y Londres