Junio 2011 nos dirigimos seis amigos hacia Annecy, donde se celebra el Festival Internacional de Cine de Animación y no se nos ocurre hacerlo de otra manera más divertida y económica que en una furgoneta de siete, donde además de nosotros, también viajaba el equipaje de una semana. Salimos de Madrid por la mañana, llenos de energía, comida, etc. y como es un largo viaje decidimos pasar la noche en un pueblecito de Girona, recomendación de uno de los ocupantes. Llegamos hacia las seis de la tarde a Besalú, un bonito pueblo medieval con mucho encanto donde vemos que el cielo se empieza a nublar, pero valientes de nosotros decidimos visitar las cabañas y el laberinto de ramas de Arguelaguer. Llegamos por un camino un poco embarrado y nos asombramos de todas esas estructuras, realizadas directamente por un hombre a lo largo de su vida y en parte destruidas por una autopista. Aunque son algo más de las siete, no dudamos en introducirnos en el laberinto a pesar de que se avecinaba tormenta y que el día se estaba oscureciendo. Recorrimos parte del laberinto como unos niños pequeños y disfrutamos de las cabañas, de las vistas y de todo ese trabajo artesano. Oscurece más, pero por suerte tenemos linternas para volver hacia atrás, ya que no nos da tiempo a recorrerlo entero. Uno de los compañeros se empeña en dormir en una de las cabañas, algo impensable para los demás, ya que no cabíamos y empezamos a bromear con historietas de miedo. Cenamos en la primera cabaña, aceitunas, embutidos, galletas y demás familia pero empiezan a caer las primeras gotas de lo que acabó siendo un buen diluvio. A todo correr nos metimos en el coche, donde seis personas, tuvimos que hacer tetris para poder dormir. En mitad de la noche uno roncaba, el resto se reía y otro cuando escampó salió del coche para dormir en una tienda de campaña individual a la intemperie. Poco después volvió al coche porque los rayos le asustaban. Al día siguiente, rodeados de barro, desayunamos como podemos y emprendemos camino a Annecy llenando el coche inevitablemente de mierda. Tras muchas horas en el coche, disfrutando de risas y poniendo banda sonora a los paisajes lluviosos franceses con la música de Adele, llegamos a las cuatro de la tarde a Annecy con un espléndido sol, llenos de barro y oliendo a choto. No hay tiempo para ir al hotel para ducharnos y tenemos que ir directamente con nuestras pintas a por las acreditaciones ya que el plazo terminaba poco después. Como siempre y a todo correr llegamos a tiempo para hacer los trámites. Vamos al hotel, ducha caliente y como nuevos. A pesar de que no podíamos con nuestros cuerpos no podíamos evitar ir a ver esa maravilla de pueblo con lago y canales, con calles de película y disfrutar de una buena caña en una terraza. No nos lo creíamos, ya estábamos disfrutando de este esperado viaje que planificamos en Marzo. Si esto sólo fue sólo el principio, imaginaos el resto de la semana, aventuras a patadas! Volveremos para repetir y volver a formar maravillosas anécdotas, momentos y recuerdos , eso seguro!

Publicado hace 13 años en Viajar por Europa > Francia