Es uno de los sitios de referencia de la ciudad, un restaurante tan típico y excelente que está en todas las rutas gastronómicas y turísticas de Barcelona. Es curioso porque es amplísimo, con muchas salas, pero para entrar a cualquiera de ellas y ocupar una mesa hay que cruzar por medio de la cocina, lo que resulta muy interesante... En la calle tienen un asador de pollos, que todo el mundo se queda mirando. El jamón ibérico es una delicia y la carne de buey a la piedra también! Como postre no puede faltar la crema catalana. No dejéis de reservar, es caro, pero lo vale: Calle de los Escudellers, 14.

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