Me gusta visitar bodegas y los días que tengo libres y los fines de semana aprovecho para vistar alguna. El año pasado estuve en Montilla y visité una de la grandes. Tuve la suerte de hacer la visita con Miguel, el capataz de la bodega que es el que más sabe ya que lleva casi 40 años trabajando en Alvear.
Catamos vino dulce de Pedro Ximenez directamente las tinajas donde reposa antes de que los pasen a las barricas o botas como las llaman en Córdoba. Unl agradable olor inundan todas las salas de botas por las que pasamos. Silencio y frescura para que los vinos alcancen su madurez.
Tuve el privilegio de entrar en el "Callejón" que es una pequeña sala donde descansan las botas más viejas con los vinos más viejos y especiales. Debé caerle en gracia al capataz por que me dió a probar media copa de sus oloroso más viejo. Muchas sensaciones llegaron a mi nariz y a mi boca, era un aunténtico lujo.
También probamos su fino directamente desde una de las botas.

Publicado hace 13 años en Viajando por España > Sur: Andalucía, Extremadura, Ceuta y Melilla